Es una ruta de ascensión de unas 2 horas escasas, que pueden hacerse desde dos diferentes caminos, lo que puede convertir la ruta en un paseo circular, comiendo en la cumbre de la montaña.
Aunque la ruta puede empezarse por cualquiera de los caminos, la detallaré haciendo la ascensión por la parte más dura y descendiendo por un camino más panorámico y relajado
Una vez allí, nos dirijimos hacia las escaleras que se encuentran hacia el interior de la montaña, de las cuales también parte el camino del Viacrucis y ascenderemos por las escaleras, tomando el "camí vell de Sant Jeroni" o también conocido como el Pas dels Francesos. Esta subida asciende, en diferentes tramos de escaleras de 1.350 escalones, hasta la cumbre de Sant Jeroni. Es una ascensión que hay que tomar con calma y sin prisas.
Siguiendo por este camino, se llega a la encrucijada que se encuentra en la plaza de Santa Anna, donde quedan los restos de una antigua ermita. Desde allí también se puede tomar el GR4 o GR 172 que sube hasta la ermita de Sant Benet y que se dirigen al refugio de Santa Cecilia. Por ello, nos aseguramos que tomamos la pista de marcas amarillas que no abandonaremos en ningún momento.
Pla dels Ocells
Seguimos ascendiendo y encontramos diferentes tramos de escaleras y llegamos al Pla dels Ocells, una vez pasada la roca que lleva el nombre de la Panxa del Bisbe. A partir de este punto, entramos en una zona muy boscosa y agradable sombra, con zonas húmedas y la posibilidad de encontrar pequeños riachuelos después de días de lluvias.
La ascensión en este tramo es mucho más suave y agradable; pasamos por el pla dels Escurçons y sigue el ascenso. Llegaremos a un punto donde se abandona la piedra y llegamos a una rampa de cemento. Justo en este punto es donde se encuentra un desvío que debemos tener en cuenta para la vuelta, ya que se trata la intersección con el "camí nou de Sant Jeroni" que tomaremos a la vuelta.
Ermita de Sant Jeroni
Llegados a este punto, en unos 10 minutos alcanzamos la ermita de Sant Jeroni, un edificio muy remozado y sin gran interés arquitectónico. Es una zona llana donde se puede uno apostar para comer algo. Pero merece la pena seguir hacia arriba, donde desaparecen los árboles y vemos sólo las cimas del macizo.
El camino sigue estando marcado por grandes escalera que suben hasta la cumbre y donde se despeja de vegetación, en días claros se puede ver toda la belleza del entorno de Montserrat.
Hay un mirador antes de llegar a la cumbre y después el que marca el final de la ruta, donde se encuentra un monolito que apunta la dirección hacia donde se encuentran grandes cumbres de Cataluña, Baleares y otras zonas de interés que en días claros puede verse.
También es interesante coincidir en la cumbre con alguno de los escaladores cuya meta se encuentra en el mirador y ver por dónde se cuelgan estos deportistas.
Una vez divisado el paisaje, hay diferentes rincones donde se puede parar para comer algo disfrutando de estas vistas y coger fuerzas para la bajada.
Como comentaba anteriormente, se hará de forma suave por el camí nou de Sant Jeroni; para ello, volvemos sobre nuestros pasos hasta la intersección al final de la rampa de cemento, siguiendo recto. El camino, va bordeando la cima donde por un lado podemos ver las vistas al Baix Lobregat, y por el otro las visiones de las formas que las piedras de Montserrat nos van creando.
El camino pasa justo por al lado del funicular de Sant Joan en el Pla de les Tarántules, donde la ruta puede enlazar con la visita de cualquiera de las ermitas que permite el Camí Antic de Collbató u otras pequeñas rutas de corta duración.
En este caso, y para acabar la ruta circular, subimos la cuesta que nos lleva al mirador de Sant Joan y descendemos por el camí de les ermites hasta la ermita de Sant Miquel, la cual está a escasos 15 minutos de la plaza de monasterio, donde comenzamos la ruta.
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